El Juzgado de Garantía de Calama decretó la prisión preventiva para los nueve jugadores de Cobreloa acusados de participar en una violación masiva ocurrida durante las celebraciones de Fiestas Patrias en septiembre de 2021, y dio un plazo de 120 días para la investigación.
La medida cautelar es la más severa en la legislación chilena, y fue justificada por la jueza María José Amengual, quien señaló que los imputados representan un peligro para la seguridad de la sociedad.
Óscar Ramírez Mendoza, Cristóbal Saravia Arredondo, Jhan Góngora Ordóñez, Rivaldo Hernández Pizarro, Nicolás Navarro Villafuerte, Patricio Romero Leiva, Lucas Román Avilés, Joaquín Agüero Núñez y Luciano Parra Villanueva fueron trasladados al Centro de Detención Preventiva de Calama, donde cumplirán la prisión preventiva. Algunos de ellos optaron por brindar su testimonio durante la audiencia de formalización de cargos. En el penal, fueron ubicados en el Pabellón 2, destinado a reclusos de buena conducta y bajo compromiso delictual.
Bajoneados y en un penal de baja peligrosidad
Según detalla La Tercera, los jugadores se encuentran visiblemente afectados por la nueva realidad que enfrentan. Funcionarios de Gendarmería han intentado transmitirles tranquilidad y seguridad durante su estancia en el centro penitenciario.
Fueron ubicados en el Pabellón 2 del penal, una dependencia a la que se asignan los reos de buena conducta, de bajo compromiso delictual y tienen algún trabajo en el recinto. En el caso de los futbolistas, puede ser un paso transitorio y un eventual cambio será determinado en el juicio.
”Están bajoneados, se lo pasan llorando. Están urgidos. Esa es la mejor definición para la forma en que están viviendo ”, señala el testigo de las primeras horas de reclusión de los jugadores.
Por el momento, los jugadores están juntos y han mantenido contacto con sus abogados. A pesar de estar aislados del resto de la población penal, han recibido encomiendas con artículos necesarios para su estadía. Se espera que este periodo de prisión preventiva sea transitorio, a la espera de lo que se determine en un eventual juicio.
En un cierre contundente, la investigación continúa su curso mientras los jugadores de Cobreloa enfrentan las primeras horas de su nueva realidad en prisión. El plazo de 120 días para la investigación se presenta como un periodo crucial para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades en este caso que ha conmocionado a la opinión pública chilena.