El pasado domingo, la final de la Copa América 2024, celebrada en el Hard Rock Stadium de Miami, se vio empañada por graves incidentes extradeportivos que provocaron críticas tanto de la Conmebol como de los aficionados presentes. El partido entre Argentina y Colombia, que culminó con la victoria de la Albiceleste, estuvo marcado por peleas, empujones y el ingreso ilegal de numerosos aficionados sin boleto.
Antes del inicio del partido, un gran número de hinchas sin entrada intentaron ingresar al estadio, lo que provocó el cierre de los accesos por parte de las autoridades. Esto derivó en retrasos significativos y desorden, con fanáticos frustrados por no poder ingresar a tiempo y algunos incluso sufriendo desmayos y lesiones debido a las altas temperaturas y la multitud. El partido se retrasó por más de una hora para restablecer el orden.
Copa América, trabajo en estrecha colaboración
En respuesta a estos eventos, el Hard Rock Stadium emitió un Statement from Hard Rock Stadium: pic.twitter.com/9hP9MdFUxZ
Por su parte, la Conmebol se deslindó de la responsabilidad, señalando que las decisiones sobre seguridad fueron tomadas por las autoridades del estadio y lamentando los incidentes.
El incidente no solo afectó a los aficionados y jugadores, sino también a funcionarios de alto rango. Ramón Jesurún, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, y su hijo terminaron detenidos tras un altercado con el personal de seguridad durante la ceremonia de premiación. Ambos recibieron una multa, lo que añadió más controversia al evento.
En conclusión, la final de la Copa América 2024 en el Hard Rock Stadium dejó una huella amarga debido a los desmanes y la falta de control en los accesos, a pesar de las medidas tomadas por el estadio y las autoridades deportivas.