El fútbol femenino en los Juegos Olímpicos de París 2024 llegó a su clímax con una electrizante final entre Estados Unidos y Brasil en el icónico Parc des Princes. Este encuentro, que prometía ser una batalla táctica entre dos potencias del fútbol femenino, no decepcionó, ofreciendo 120 minutos de intenso drama.
El partido comenzó con ambos equipos mostrando respeto mutuo y cautela, conscientes del alto riesgo de un error. Las defensas se impusieron en gran parte del tiempo reglamentario, con pocas ocasiones claras para ambos bandos. Estados Unidos, dirigido por Emma Hayes, mantuvo su tradicional solidez defensiva, mientras que Brasil, sin su legendaria jugadora Marta, quien estaba suspendida, luchó por imponer su juego creativo.
Durante los 90 minutos reglamentarios, ninguna de las dos selecciones logró romper el empate inicial, a pesar de los intentos de jugadoras clave como Sophia Smith por parte de Estados Unidos y Debinha por Brasil. Las arqueras también tuvieron un papel crucial, con Alyssa Naeher realizando paradas importantes para mantener a su equipo en la pelea.
El quinto oro de Estados Unidos
El momento decisivo llegó en el minuto 95 del tiempo extra. Una genialidad de Mal Swanson, quien filtró un pase preciso a Sophia Smith, permitió que esta última superara a una defensora brasileña y definiera con precisión ante la portera Letícia, sellando el 1-0 que a la postre significaría el oro para Estados Unidos. La defensa estadounidense se mantuvo firme durante los minutos restantes, resistiendo los intentos desesperados de Brasil por igualar el marcador.
Con este triunfo, Estados Unidos alcanzó su quinto oro olímpico en fútbol femenino, consolidando aún más su posición como la selección más exitosa en la historia de los Juegos Olímpicos. Para Brasil, la derrota significó una amarga despedida de la leyenda Marta, quien había anunciado que París 2024 sería su último gran torneo internacional. A pesar del dolor de la derrota, el camino de Brasil hasta la final, incluyendo su memorable victoria 4-2 sobre España en semifinales, dejó en claro que el fútbol femenino en el país sudamericano sigue en ascenso.
Esta final no solo fue un duelo entre dos equipos talentosos, sino también un testimonio del crecimiento y la competitividad del fútbol femenino a nivel global. Mientras Estados Unidos celebra su victoria, el mundo del fútbol femenino se prepara para lo que vendrá, sabiendo que este torneo ha elevado aún más los estándares del deporte.