Hace 20 años Nicolás Massú ganó su segundo oro olímpico en Atenas 2004

El 22 de agosto de 2004 quedó grabado con letras dorada en la memoria colectiva de nuestro país. Si el día antes millones de chilenos salieron a las calles para celebrar la primera medalla de oro olímpica de nuestro país, ese domingo Nicolás Massú bajaría del olimpo para volver a la cancha y consagrarse como uno de los deportistas más importantes de la historia de los Juegos Olímpicos.

Y es que lo que hizo el Vampiro ese día es algo inédito hasta ahora. Ningún tenista ha podido ni soñar con conseguir dos medallas de oro en una misma cita de los anillos. Al revisar los números de Massú esa semana, solo se confirma que lo que logró el viñamarino es algo fuera de serie. 11 partidos y más de 24 horas en cancha, dejan claro que el espíritu y las ganas de representar a su país llevaron al chileno a algo que parece irrepetible.

Luego de ganar el oro en el dobles junto a Fernando González el día anterior, Massú saltó a la cancha de Atenas para enfrentar al estadounidense Mardy Fish en un partido que se extendió por cinco sets, de forma dramática.

Massú y su batalla épica en Atenas

Todo partió bien para el tenista nacional, que se quedó con el primer set sin mayores problemas por 6-3. En la segunda manga el cansancio de la semana comenzó a pasarle la cuenta al campeón olímpico. Con parciales de 3-6 y 2-6, Fish tomó la delantera en la final olímpica, pero Massú tenía claro que nada es imposible.

En el cuarto set, cuando todo estaba muy parejo todavía, un extraño cobro arbitral le devolvió todas las energías al chileno, quien le quebró para llevarse el parcial por 6-3 en 52 minutos, una verdadera batalla que obligaba a definir el oro olímpico en el quinto set.

Una hora más de juego y solo un quiebre fue la diferencia para que Nicolás Massú escribiera con letras de oro gigantes su nombre en la historia de los Juegos Olímpicos. Ese día el Vampiro bajó del Olimpo para volver a subir con la medalla que le faltaba colgada en el cuello y ganarse un lugar de privilegio que, probablemente, pasen muchos años antes de que alguien pueda igualarlo. De momento, ya son 20 años, y habrá que esperar a Los Ángeles 2028 para ver si otro tenista logra una epopeya como la de Nicolás Massú en Atenas.