Una impactante historia fue la que dio a conocer la actriz Francisca Merino, en el nuevo programa que estrenó junto a Aranzazú Yankovic, Alejandra Herrera y Berta Lasala.
En el capítulo, la opinóloga reveló el momento cuando un gerente de un canal de televisión se intentó sobrepasar con ella, tras invitarla a conversar a su oficina.
“No voy a dar nombres porque este caballero ya está muy viejo, y para qué patear a alguien en el sueño. Resulta que yo era muy chica, tenía 16 o 17 años, estaba todavía en el colegio y para un verano en Reñaca en la casa de unos amigos de mi mamá, me presentan al gerente de un canal sumamente importante”, comenzó relatando la animadora.
Tras esto, explicó que su tío era dueño de la casa de Reñaca y que él le decía al gerente que “la Francisca quiere estudiar teatro (…) y es hermana de la Alejandra, que es modelo en Milán”.
“Este viejo me queda mirando y ponte tú pasaron las semanas, yo ya estaba en cuarto medio y me llaman de este canal, la secretaria de este caballero, que él quería una reunión conmigo”, continuó explicando.
“Imagínate hueona, a mí se me salían los ojos, era como que te ganaras el loto. Yo decía ‘filo, no estudio teatro, altiro me meto a la tele, gano plata, llego a la hora que quiero’, pensando en la gran fiesta”, sostuvo.
“Y mi mama me lleva al canal poh’, entonces llego a este canal y entro a esta oficina enorme, que había un living, un escritorio y atrás de este caballero habían teles, onda la máxima autoridad de este canal y (…) me empieza a decir que en el mercado de la televisión es sumamente importante que me tenían que querer, que él había hecho famosa a tal comunicadora”.
Tras esto, reveló que “de repente me dice ‘mira este living, pasemos para estar más cómodos’. Como que ya sentí una incomodidad, pero bueno, me senté poh, y este caballero no va y me pone la mano entre las piernas y me trata de dar un beso“.
Ante la grave situación, Merino confesó que “yo no sé en qué minuto agarré mi cartera y llego al auto”, tras lo cual le contó a su madre, quien se puso “furiosa” cuando supo de lo que había hecho el gerente.
A pesar de esto, Merino sostuvo que “no quería que le dijera a mis tíos, no quería que se supiera, me daba mucha vergüenza“.
