El Príncipe Harry reveló que adoptó una serie de comportamientos dañinos en su juventud con el único objetivo de aliviar el dolor por la muerte de su madre, la Princesa Diana de Gales. Las declaraciones fueron emitidas la nueva serie documental “The Me You Can’t See” (Lo que no puedes ver de mí), donde es entrevistado por la afamada presentadora estadounidense Oprah Winfrey.
“Estaba dispuesto a beber, estaba dispuesto a tomar drogas, estaba dispuesto a intentar hacer las cosas que me hacían sentir menos como me sentía”, reveló Harry en el espacio.
A lo anterior agregó: “Poco a poco me di cuenta de que, está bien, no estaba bebiendo de lunes a viernes, pero probablemente bebería el equivalente a una semana en un solo día, un viernes o un sábado, por la noche. Y estaba bebiendo, no porque lo disfrutara, sino porque estaba tratando de enmascarar algo”
Posteriormente, Harry reconoció que “tenía miedo a perder” cuando se sometió a terapia por primera vez.
“Cuatro años de terapia para una persona que nunca pensó que alguna vez la necesitaría o haría terapia es… eso es mucho tiempo. Yo tampoco estaba en un ambiente en el que se animara a hablar de eso”, complemento.
Además, el príncipe habló sobre el conflicto que mantenía con el recuerdo de su mamá fallecida: “No quiero pensar en ella, porque si pienso en ella, va a salir a relucir el hecho de que no puedo traerla de vuelta y me va a entristecer. ¿De qué sirve pensar en algo triste?. Y simplemente decidí no hablar de eso. Nadie hablaba de eso”, recordó.
Finalmente, Harry indicó que sufrió ataque de pánico en sus veinte años debido al extenuante trabajo que debía cumplir como miembro de la Familia Real, del cual en varias oportunidades quiso escapar.
“Cada vez que me subía al automóvil y cada vez que veía una cámara, empezaba a sudar. Sentía como si la temperatura de mi cuerpo fuera dos o tres grados más alta que la de todos los demás en la habitación. Me convencía a mí mismo de que mi rostro estaba rojo brillante y todos podían ver cómo me sentía, pero nadie sabría por qué”, dijo.
“Ahora, en retrospectiva, mirando hacia atrás, todo es cuestión de tiempo. Hacia el final de mis 20, todo se volvió realmente agitado para mí. Hasta el punto del agotamiento, estaba viajando por todos lados”, cerro el nieto de la Reina Isabel.