Luces González (61) dio vida a una de las recordadas integrantes del llamado “Cuartel de las Feas” de “Yo soy Betty, la fea”, “Bertha”. Un querido personaje que el público podrá volver a ver desde este lunes a las 14:30 horas en el gran reestreno por las pantallas de Canal 13 de la exitosa teleserie colombiana.
A 23 años de la realización de la apuesta de ficción que hasta hoy es un éxito cada vez que se reemite, González comenta que “yo creo que lo bien que le va es por la forma en que fueron construidos los personajes. Son personajes que tienen una identidad muy particular, pero, a la vez, general, que hace que la gente se pueda identificar con cada uno de ellos. Son personajes tan reales, tan verdaderos, que la gente se identifica… en todas las oficinas del mundo había una ‘Betty, la fea’, un ‘Don Armando’ y un mensajero, y eso hace que se roben parte del alma de las personas por esa identidad”.
Luces rememora que en los sets “nos reíamos mucho y nos divertíamos mucho. Y debo decir que para mí ‘Betty, la fea’ fue una novela muy importante porque finalmente logré ser madre. Yo ya había perdido dos hijos antes por una virosis y por un problema cardíaco. Entonces tenía tanto trabajo, me movía tanto y hacía tanto, que no tuve tiempo de que los miedos afloraran y finalmente ahí logré ser madre. Parte fundamental de mi vida es mi hija (Oriana, de 21 años) y estará siempre ligada a ‘Betty, la fea’”.
Estaba embarazada en la vida real
La actriz agrega a lo anterior que “‘Bertha’ termina embarazada en la novela porque yo estaba embarazada y no había nada que hacer. Yo al primero que le conté fue a Fernando Gaitán (guionista), y él tenía planificado hacerle una liposucción a ‘Bertha’, así que le dije que si tenía que hacer la lipo, tenía que ser ya, antes de que engordara. Y pasó el tiempo y ya iba en el quinto mes, mientras yo tenía un vestido de espuma que me ponían para engordarme más y ya no cabía. Yo no le había contado al director, por lo que le dije a Fernando que la lipo tenía que ser ahora y sino, no se podía, porque no me daba. Hicimos las escenas de la lipo, le contamos al elenco, grabamos y eso salió al aire, pero ahí tenía cinco meses de embarazo. Es por eso que me sacaron el vestido de espuma, y a los dos días ya tenía una barriga gigantesca porque la muchachita se explayó. Entonces, de ahí en adelante siempre tuvimos que poner a Paula Peña, que era ‘Sofía’, delante mío, porque ella es chiquitita y yo soy más alta, para que me tapara la barriga. Ya como al séptimo mes hicimos todo el camino para que ‘Bertha’ empezara a comer de nuevo y engordara, y después se supiera que estaba embarazada y tuviera el bebé”.
La intérprete cuenta también que “para la escena donde ‘Bertha’ llevó el bebé, todo partió porque yo tenía un camerino con enfermeras para que pudiera amamantar a mi hija ya que estábamos prácticamente al aire entre lo que grabábamos y lo que se emitía. Y me pidieron que la bajara al set para que hiciera de la hija de ‘Bertha’, y acepté por unos días, hasta que dije ‘ya no más’, porque estaba demasiado chiquita. Y así fue como fue mi hija en la novela”.
Luces González también recuerda el gran lazo que hicieron en la telenovela con sus compañeras directas: “Con el Cuartel de las Feas seguimos siendo muy amigas, seguimos viéndonos y nos apoyamos. Es una relación muy bonita de mucho tiempo, fuimos como una familia. Imagínate dos años trabajando 17 horas diarias, estábamos más juntas que con nuestras familias”, a la vez que acerca de los rumores de una nueva secuela de “Yo soy Betty, la fea”, ella confirma que “muy seguramente vamos a tener una nueva parte. Estamos en la conversación, vamos a ver si se puede”.
Su relación con Chile
Finalmente, esta figura colombiana habla de su relación con nuestro país, revelando que “tengo una prima en Chile, pero no la he visto hace rato porque cuando ella viene a Colombia, no nos hemos podido juntar. Además, no he ido a Chile, pero tengo muchas ganas. A mí me gusta mucho viajar y espero para el año entrante hacer un paseo por los lagos, el desierto y los glaciares”.
Luces sintetiza esta conexión con Chile invitando a volver a ver “Yo soy Betty, la fea”. Es así como hace énfasis en que “yo creo que la risa es un remedio infalible, y esta novela es una buena manera para pasar un rato maravilloso y encontrarse con diferentes personas con las que se pueden identificar. Es una novela que ha traspasado generaciones y siempre es buen momento para revisitarla”.