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Jaime Vadell y la enfermedad que afecta a su esposa: “Vivir con una persona que no se acuerda es como que no se hubiera vivido”

Jaime Vadell y la enfermedad que afecta a su esposa: “Vivir con una persona que no se acuerda es como que no se hubiera vivido”
Canal 13

Esta noche, después de “Teletrece central”, un nuevo capítulo de “De tú a tú” por el 13 tendrá a Martín Cárcamo conversando con el legendario actor de teleseries, cine y teatro, Jaime Vadell.

Un mal matrimonio

El intérprete de 88 años recordará su carrera y su vida, partiendo por su nacimiento en Valparaíso como el segundo hijo de Arcadio Vadell, un empresario hotelero. 

“Yo creo que mis padres tenían un mal matrimonio, no lo pasaron bien como pareja, tenían caracteres que no congeniaban. Mi padre era un hombre austero, con educación española y mi madre era una mujer inquieta, media intelectual y creativa”, confesará.

Eventualmente sus padres se separaron cuando Jaime era joven, pero todo tuvo un final trágico. “Mi madre decidió separarse, entonces tenía un novio y se fue a vivir a un departamento. Pero el novio se hizo el h…, la dejó sola tamboreando en un cacho, sin plata, sin trabajo, llorando. Mi padre era buen hombre, así que la recibió de vuelta en la casa, pero con la condición de que no entrara a su dormitorio. Ella tenía que dormir en el piso de arriba. Aguantó unos meses y se murió, yo creo que de pena”, relatará el actor.

Su padre falleció unos años después, cuando Jaime ya era un actor instalado. “Justo yo estaba estrenando ese mismo día una obra, ‘Hojas de Parra’. Fue fuerte, estuve a punto de irme a la casa a mitad de la obra”, recordará.

Hermano a la distancia

Los hermanos Vadell, Juan y Jaime, pese a tener sólo tres años de distancia, eran totalmente diferentes. “Yo era mal alumno, apenas pasaba de curso, muy desordenado, medio hiperkinético, un niño insoportable que estaba metido en todo hablando. En cambio mi hermano era impecable, hasta el día de hoy, un abogado muy serio. Juanito se parecía más a mi papá y yo a mi mamá”, declarará el actor, agregando que uno de los grandes dolores de su vida fue el separarse de su hermano por el exilio de este último.

“Mi hermano era director de Impuestos Internos en el gobierno de Allende, entonces tuvo que rajar. Para mi padre fue muy jodido, lo afectó mucho. Cuando se dio cuenta de que el exilio no era de un día para el otro ni de un mes para el otro, sino algo largo, eso lo tiró para abajo”, contará sobre su hermano mayor, quien aún vive y le envió un emotivo saludo desde México.

Adicionalmente, reflexionará que su relación con Juan, antes distante, ha mejorado con el tiempo. “Creo que me he venido a entender con mi hermano recién ahora. A lo mejor la mejor forma de entenderse con la gente es no verse. Me preocupa horrores no poder despedirme de él si se va, porque es la última persona de la que estoy colgado de la historia”, reflexionará Vadell. 

Cimarrero y pololo

Por su carácter inquieto, Jaime de niño no se adaptaba al colegio. “Estudiaba en el Instituto Nacional, entonces salía y me encontraba con los teatros, los cines, y eso me estimulaba. Yo era callejero y cimarrero, me daba por hacer cimarras culturales y me iba a la Biblioteca Nacional. Yo creo que aprendí mucho más ahí que en el colegio, era un lugar perfecto. También me colaba a los conciertos en el Teatro Municipal, ahí vi muchas cosas, ópera”, rememorará.

Tras estudiar Pedagogía un tiempo, se atrevió a inscribirse en la escuela de Teatro de la Universidad de Chile, luego de llegar a un acuerdo con su padre: trabajaría en su negocio en las tardes a cambio de estudiar actuación. Entre sus compañeros estaban Víctor Jara, Tomás Vidiella y Alejandro Sieveking, y se hizo amigo de Luis Alarcón, con quien incluso vivió por un tiempo. Pero pronto Vadell emigró a terminar de formarse en la Universidad de Concepción.

Sobre su vida sentimental de esos años, Vadell reconocerá que era “pololo”. “Yo era bueno para salir, pololeé y tuve hartas relaciones, viví con dos pololas. Yo era un alma libre, pero terminé casado a los 30 con la madre de mis hijos”, repasará sobre su primer matrimonio con Rebeca Chamudes, que duró 8 años antes de separarse.

“Me tomé bien la separación, no daba para más. Estaba todo muy tenso y se llenó la casa con las hijas de ella, de un matrimonio anterior. Era un escenario complejo, difícil. En un momento llegaron a convivir 5 niños en la casa”, recordará.

50 años de amor

Aunque no volvió a casarse, Jaime lleva casi 50 años de relación con la actriz, escenógrafa y diseñadora Susana Bomchil. “Es el amor de mi vida. Aquí ya nada más, y ella también, porque ella tenía su vida. Tiene dos hijas grandes. Me enamoré mucho, me llamó la atención su alegría de vivir, su capacidad generosa y su belleza. Que los dos tuviéramos entrenamiento ayuda mucho para no ser tan tieso de mecha”, indicará el intérprete, aclarando que desde el principio decidieron no tener hijos.

“No sé si fue una correcta decisión, tal vez debí tener siete hijos. A veces dan ganas de tener una porrada de hijos y que lleguen con los nietos y los sobrinos y todo”, reflexionará.

Actualmente, Susana tiene problemas de salud, que afectan su memoria, y que la obligan a tener asistencia de una enfermera. “Susana tiene conciencia relativa de que ha perdido movilidad, que está mal. Fue algo gradual pero bastante rápido, y se ha estabilizado. Es como las h… esto, es pésimo vivir así. Hay muchas cosas que no recuerda y otras que extrañamente sí recuerda, y eso tiene bastante de desconcertante. Y vivir con una persona que no se acuerda es como que no se hubiera vivido. Pero ella igual mantiene un amor tremendo, me reconoce siempre y le carga cuando no estoy, lo que me jode cuando tengo que salir”, comentará el actor sobre su pareja.

Cine y teatro

Tras debutar en el cine en 1968 con la película “Tres tristes tigres”, fue parte de más películas fundamentales, como “Caliche sangriento” (1970), donde interpretó a un severo capitán de la Guerra del Pacífico. “Cuando hice esa película no me gustó mucho, pero la vi hace poco remasterizada y la encontré buena. Tenía una pachorra, una cosa medio épica, estaba bien. Es lo más cercano que hice al western, que es un género que me encanta porque la nobleza siempre gana, el tener un alma noble. Ya no lo hice, pasó la vieja, ahora me da miedo andar a caballo”, comentará Jaime sobre la cinta dirigida por Helvio Soto.

Posteriormente, actuó en películas como “Julio comienza en Julio” (1978), “Coronación” (2000), “Padre nuestro” (2006), “El regalo” (2008), “No” (2012), “El club” (2015) y “El Conde”, esta última nominada al Oscar, y donde interpretó a Augusto Pinochet.

Simultáneamente, seguía haciendo teatro, primero integrando la compañía Ictus y luego formando la compañía La Feria junto a José Manuel Salcedo. Fue ahí donde crearon “Hojas de Parra”, obra basada en poemas de Nicanor Parra.

“Fuimos a hablar con él a Isla Negra y nos puso a disposición como 10 cuadernos de colegio llenos. Primero le llevamos un esquema de obras y nos mandó a la cresta, nos puso de vuelta y media y dijo que era una basura. Volvimos a Santiago y nos pusimos a trabajar de nuevo, se lo llevamos de nuevo y eso le pareció bien”, recordará Vadell acerca de su relación con el antipoeta.

La obra se estrenó en una carpa que instalaron en Providencia, y produjo expectación y atención por el contenido irreverente y político de la obra. Tanta, que tras sólo 11 funciones la carpa misteriosamente amaneció quemada. “Esa fue de esas obras que uno reconoce que te quedaron bien”, reflexionará Jaime Vadell sobre la experiencia.

¿Donato era el asesino?

Según contará el actor, empezó tarde en la televisión, por ser un hombre de teatro. Y fue su primera teleserie, “La madrastra”, la que causó más impacto, donde interpretó a “Donato”, esposo de “Estrella” (Gloria Münchmeyer), quien al final de la teleserie terminaba revelándose como la asesina de “Patricia”.

“Yo pensaba que ‘Donato’ era el asesino original y que Arturo Moya Grau (guionista) lo cambió a última hora, porque éramos todos sospechosos. Ese personaje fue un fenómeno, recuerdo que me lo gritaban en la calle. Una vez fui a la pirámide de Keops de Egipto, y cuando iba saliendo una vieja me gritó ‘¡Donato!’”, reirá el actor.

Posteriormente, Vadell participó en teleseries como “El prisionero de la medianoche”, “La última cruz”, “Vivir así”, “La intrusa”, “¿Te conté?”, “Villa Nápoli”, “El palo al gato”, “Borrón y cuenta nueva”, “Aquelarre”, “Amores de mercado”, “Pecadores” y “Secretos en el jardín”, gran parte de ellas en Canal 13.

Rodrigo Bastidas: “Ha sido como un papá para mí”

A la conversación se unirá el actor Rodrigo Bastidas, uno de los mejores amigos de Vadell. Según contará, se conocieron con Jaime a inicios de los 80, cuando Bastidas aún estaba en el colegio y empezó a trabajar en el teatro La Feria.

“Para mí Jaime ha sido una persona fundamental en mi vida, un padre, un maestro, ha sido todo. Ha sido un papá para mí en todo sentido, he aprendido mucho de él y siempre ha estado con un consejo. Ha sido mi figura paterna por muchos años. Mi papá falleció cuando yo tenía 17 o 18 años, y fue justo en el cumpleaños de Jaime. Eso es para mí una señal”, asegurará el actor de “Machos”.

Su amistad se mantiene desde ese entonces, y hasta hoy almuerzan cada 10 días y hablan largo por teléfono. “A nosotros nos cierran los restaurantes, llegamos a la 1 y nos vamos a las 5 o 6, nos quedamos conversando siempre. Para mí Jaime es un referente de vida, yo llevo más de 40 años copiándole su metodología de trabajo, su forma de pensar, su humor. Hablamos de todo, y Jaime nunca te va a decir algo predecible, siempre te sorprende con las respuestas. Eso es muy atractivo y entretenido, hace que tu vida se desordene”, agregará Bastidas.

Prueba de su cercanía fue cuando Bastidas escribió la teleserie de Mega “Pobre gallo”, donde Vadell interpretó a un patrón de fundo, y el actor lo llamó para hacerle una petición sobre su personaje. “Me llamó para pedirme que no le pusiera escenas a caballo. Y en 90 capítulos no le puse ninguna escena a caballo, y nadie entendía por qué este patrón de fundo no andaba nunca a caballo”, reirá Bastidas.

El éxito de “Viejos de mierda”

La colaboración más importante entre ambos hombres vino en 2016, cuando estrenaron la obra “Viejos de mierda”, dirigida por Bastidas y protagonizada por Vadell, Coco Legrand y Tomás Vidiella.

“Yo consideraba que a los viejos en Chile no se les respetaba, se les metía en la cama o en un asilo. Quería hacer una obra con viejos empoderados, entonces la trabajamos juntos con Jaime, fue un trabajo colectivo. Nunca sospechamos ese éxito y me gustaba que se les rindiera un homenaje a los actores en el mismo teatro. Y yo tenía ganas de dirigirlos, nunca había dirigido a Jaime, y fue como un regalo para mí”, recordará Rodrigo Bastidas en torno a la producción.

La obra cómica tuvo a sus protagonistas hasta 2020 girando por todo Chile, con un éxito sin precedentes. “Yo pensaba que iba a ser un éxito, pero no a esa envergadura. Y si no fuera por la pandemia, seguiríamos girando”, confidenciará Vadell, añadiendo que el Covid fue una catástrofe para él en lo laboral: “Yo tengo edad suficiente para no poder perder tres años, porque a estas alturas de mi vida eso representa como cinco. Creo que envejecí cinco años con la pandemia”.

La pandemia también fue catastrófica para el mundo del teatro en general, cuando Tomás Vidiella falleció de Covid. Al respecto, Jaime recordará que de milagro no terminó él contagiado.

“Habíamos ido (con Bastidas) a ver su obra, ‘Orquesta de señoritas’, y a la salida nos fuimos a comer con él a un restaurante al lado. Al día siguiente salió que todo el elenco de la obra tenía Covid, así que nos fuimos a hacer el examen y salimos negativos los dos. Es el único momento en que uno agradece ser negativo”, reflexionará el actor, agregando que esa fue la última vez que vio a Vidiella.

“Tomás se hospitalizó al día siguiente y no lo vi más. Sólo hablamos por teléfono, yo pensaba que estaba bien, pero de repente se puso gravísimo y se murió. Me llamó Rodrigo para avisarme, y con escuchar su voz no más dije ‘Chuu, cag… Tomás’”, contará.

En “De tú a tú”, además, Jaime Vadell recibirá saludos de sus colegas Luis Alarcón, Amparo Noguera y Carolina Arregui, con quienes ha compartido en televisión, cine y teatro. Y confesará que no tiene pensado jubilar por ahora.

“Yo trabajo hoy porque quiero y porque necesito trabajar. No debería hacerlo, porque tengo una suma de dinero que me permitiría vivir sin hacer nada, pero me da terror empezar a gastar y me baja una avaricia terrible, entonces que entren algunos millones es agradable”, reconocerá el emblemático actor nacional.