Opinión

Mayor seguridad para los que compran o arriendan una propiedad

Mayor seguridad para los que compran o arriendan una propiedad
Tomás Mena 1

Las asociaciones de corredores de propiedades hemos manifestado al Ejecutivo y a parlamentarios la necesidad de contar con un órgano fiscalizador o un sistema que permita controlar quiénes pueden ejercer, y bajo qué condiciones, la actividad de corretaje de propiedades en nuestro país.

Consideramos que el no tener regulación afecta de manera negativa el ejercicio de esta actividad, pues no existen condiciones mínimas que aseguren que quienes ofrecen el servicio tengan la capacidad para prestarlo en forma adecuada y confiable.

En otros países ya se ha avanzado en esta materia, como en EE.UU. Si bien cada estado tiene sus exigencias específicas, en promedio, para ser “broker” se exigen desde 80 a 150 horas de estudio, más exámenes y experiencia profesional. Al mismo tiempo, las oficinas de corretaje de propiedades se encargan no sólo de la función de mercadeo de la propiedad, sino una serie de otras funciones, como la revisión de los títulos y de la deuda hipotecaria, el manejo de valores en garantía, la recepción del pago, y la inscripción de la propiedad; ofreciendo de esta forma un servicio mucho más completo y acompañando en todo el proceso al cliente.

A menudo recibimos quejas de que existen algunos corredores que acompañan al cliente sólo hasta que reciben su comisión y luego desaparecen, afectando negativamente la imagen del rubro y a los corredores que si ejercen una labor profesional y seria.

Pero no solo EE.UU. se ha encargado de regular, en México la organización del mercado inmobiliario se realiza a través de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) que junto al gobierno trabajan en conjunto para lograr las mayores ventajas para los propietarios e inversionistas inmobiliarios. En Argentina, al igual que Perú, se contempla una regulación normativa respecto de la actividad inmobiliaria que considera a los corredores.

En Chile estamos hablando de un rubro que mueve cerca de 200 millones de UF al año y si pretendemos que la industria mejore debemos ser exigentes. Hoy existe una tremenda oportunidad de revertir esta situación. Tenemos la convicción que un registro riguroso, sumado a la capacitación de los corredores, pueden mejorar el servicio y la percepción de este.