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La violencia ha sido la lamentable protagonista de los últimos meses de fútbol. Esta vez, un episodio ocurrido en Indonesia, volvió a manchar al fútbol. Y es que se jugaba uno de los clásico de la Isla de Java Oriental, en el que tras el pitido final hubo una masiva invasión de los hinchas que terminó con al menos 174 muertos y más de 180 heridos.

Se jugaba el duelo entre el Arema FC y el Persebaya Surabaya en el estadio Kanjuruhan, en Java Oriental. El equipo local cayó por 2 a 3 ante su clásico rival, hecho que no ocurría hace más de dos décadas.

Lo anterior generó la molestia de cerca de 3.000 hinchas locales, quienes invadieron el campo de juego para agredir a jugadores. La situación lamentablemente se salió de control y el verde color del césped desapareció por la masiva presencia de intrusos. Ante esto, la Policía intervino con detenciones, golpes, gases lacrimógenos, entre otras cosas, para frenar el problema.

Sin embargo, lo único que se generaron fueron varias estampidas, que según explicó el vicegobernador de la región de Java Oriental, Emil Dardak, y otras autoridades provocaron la muerte de al menos 174 personas, además de un saldo de 180 heridos.

De acuerdo a un testigo que conversó con la BBC la policía disparó en varias ocasiones rondas de gas lacrimógeno de forma “rápida y continuada” después de que la situación se volviera “tensa”. Cabe recordar que la FIFA prohíbe la utilización de estos elementos de control dentro de los estadios.

“Este es un día oscuro para todos los implicados en el fútbol y una tragedia incomprensible”, ha lamentado Gianni Infantino, presidente de la FIFA, en un comunicado emitido este domingo. “Extiendo mis más profundas condolencias a las familias y amigos de las víctimas que perdieron la vida tras este trágico incidente”.

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