Los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 dejaron una gran herencia de recintos deportivos a nuestro país. Sin embargo, estos espacios para los deportistas nacionales acarrean una millonaria deuda con las constructoras que levantaron estas obras.
Así lo informó El Mercurio, donde las empresas constructoras de obras en los JJ.PP. 2023 reclaman un monto que supera los siete mil millones de pesos. Estas corresponden a cuentas impagas del Instituto Nacional de Deportes con el grupo Flesan, a través de su filial De Vicente Constructora (DVC); Moler y Pérez-Cotapos y la Constructoras Sudamericana.
Las obras realizadas por las que existe el reclamo tienen relación con el Centro de Entrenamientos de Deportes Acuáticos (CEDA), que hizo el consorcio Moller y Pérez-Cotapos, a cambio de $55.086 millones (con IVA). Así como también se suma el Centro de Entrenamientos y Competencias de los Deportes Colectivos (CECO), por $36.697 millones; y el Parque Deportivo del Estadio Nacional, por $19.998 millones.
Aunque eso no es todo, ya que Cosud reclama deudas ligadas a la construcción de centros de entrenamientos de hockey césped, tenis y deportes de raqueta, además del centro de atletismo y de deportes de contacto.
Como la respuesta del IND, señalan a El Mercurio que “es necesario establecer claramente que, a la fecha, no existen pagos ni facturas pendientes. En los últimos meses se establecieron, incluso, medidas a favor de las empresas, incluyendo pagos antes de las fechas indicadas en los contratos. Esto, atendiendo la necesidad de capital que demandaba la realización de obras y el contexto de incremento de los costos de construcción y escasez de materiales”.
“Queda por finalizar el proceso de recepción —sin o con observaciones— de algunas obras, lo que dará origen a la devolución de retenciones, lo cual se ajusta a lo convenido contractualmente”, añadieron desde el ente estatal.