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Para evitar situaciones que afecten el desarrollo sostenible de la agricultura y la seguridad alimentaria del país, un grupo de investigadores de INIA, liderados por el Dr. Sebastián Elgueta, trabaja en el análisis de residuos de plaguicidas y cómo mitigar sus consecuencias en Chile.

Tras el último reporte de alertas alimentarias de 2017 que reveló 165 notificaciones en frutas y hortalizas frescas por productos que no cumplían los límites máximos de residuos de plaguicidas y por uso de plaguicidas no autorizados,  el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) trabaja arduamente en el tema para evitar este tipo de situaciones que afectan el desarrollo sostenible de la agricultura y la seguridad alimentaria del país.

Para lo lograrlo, el organismo adscrito al Ministerio de Agricultura, desarrolla dos importantes líneas de trabajo. Por una parte, ofrece servicios de análisis a toda la cadena productora, a través de un laboratorio certificado para este efecto, ubicado en dependencias de INIA La Platina y, por otra parte, genera estudios que aportan al progreso de la ciencia en esta materia.

Respecto al análisis de residuos de plaguicidas y sus consecuencias en Chile, el especialista a cargo del tema, Sebastián Elgueta, presentó los avances de su estudio “Pesticide residues in ready-to-eat leafy vegetables from markets of Santiago, Chile and health risk assessment”, en el 7° Congreso Latinoamericano de Residuos de Plaguicidas realizado en Foz de Iguazú Brasil los primeros días de mayo.

En el importante encuentro académico, el Dr. Elgueta señaló que “estamos incorporando trazabilidad para fortalecer la inocuidad en las hortalizas frescas”. En ese sentido, especificó que se está generando información para que los consumidores estén informados y así evitar riesgos en la salud de la personas. Para ello, aseguró el investigador, “es necesario implementar estrategias para reducir los potenciales efectos de los pesticidas en la salud humana e incluso eliminar algunos pesticidas del mercado chileno”.

En la misma línea, explicó el investigador, los métodos para evaluar el riesgo humano deben estar sujetos a una herramienta científica que incluya las regulaciones chilenas para comprender completamente el efecto.

Mientras que la otra línea de trabajo de INIA en torno al tema, corresponde al funcionaniento del Laboratorio de Residuos de Plaguicidas y Medio Ambiente de INIA La Platina, acreditado internacionalmente por el Instituto Nacional de Normalización (INN), en base a la norma  ISO 17025 que establece los requisitos que deben cumplir los laboratorios de ensayo y calibración. Sobre esto último, Elgueta agregó que está 100% operativo y dispuesto a colaborar en disminuir las preocupantes cifras arrojadas por el reporte de alertas alimentarias.

Fuente: INIA

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