AFP
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La francesa Sylvie Goulard, aspirante al puesto de comisaria de Mercado Interior, fracasó este jueves en su intento de lograr el visto bueno de los eurodiputados, una decisión que representa un revés para el presidente galo, Emmanuel Macron.

Goulard, que se sometió a dos audiciones ante los eurodiputados que tenían dudas sobre su idoneidad para el puesto por una serie de escándalos que la acechan, recabó 82 votos en contra por 29 a favor y una abstención, indicaron a la AFP varias fuentes parlamentarias.

Todo el mundo está contra Goulard salvo Renew Europe“, la formación liberal a la que pertenece, había advertido una fuente parlamentaria después de su segunda audición ante los eurodiputados de las comisiones de Mercado Interior y de Industria.

Los eurodiputados de ambas comisiones deben enviar ahora una carta con su “opinión negativa” a la Conferencia de Presidentes de la Eurocámara, que puede decidir, no obstante, someter a voto en sesión plenaria de la Comisión Europea en su conjunto, con Goulard dentro.

La próxima presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, el presidente francés o la propia Goulard pueden retirar antes su candidatura, explicó una fuente parlamentaria, evitando así un eventual rechazo de todo el ejecutivo comunitario en su conjunto.

La candidata propuesta por Emmanuel Macron aspira a dirigir una importante cartera que reúne las políticas sobre industria, mercado interior, desarrollo militar, espacio, sector digital y cultura.

Las dudas de los eurodiputados sobre su idoneidad para el puesto se centran en las investigaciones sobre la francesa, que incluso debío abandonar su puesto de ministra de Defensa en 2017.

Goulard es objeto de dos investigaciones -una en Francia y otra de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF)- por la presunta contratación ficticia por su partido de asistentes parlamentarios.

“Estoy limpia”, había asegurado en su primera audición a comienzos de octubre. A preguntas de los eurodiputados, Goulard se negó a comprometerse a dimitir automáticamente si la justicia la acaba imputando.

Para sus detractores, el hecho de que devolviera 45.000 euros a la Eurocámara, monto correspondiente al salario de ocho meses de uno de sus asistentes, es “una confesión”. “Yo no he reconocido nada”, subrayó entonces.

Su trabajo como consultora para el centro de reflexión estadounidense Berggruen por un monto de “más de 10.000 euros” mensuales de octubre e 2013 a enero 2016, cuando ejercía de eurodiputada, también fue cuestionado.

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