Agencia EFE
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El 15 de marzo de 2020 se decretó cuarentena total en Manila, capital de Filipinas. Desde entonces, los trece millones de habitantes de la ciudad han pasado 76 días encerrados, y serán 78 este domingo, cuando se de por terminado el confinamiento, quedando entre los más largos a nivel mundial.

Pese a la extensa cuarentena y la medida de acabar con ella, en la ciudad asiática no han podido apalear las cifras de contagiados por coronavirus. Sin ir más lejos, el 64% de los más de 15.500 casos del país están en Manila y el 73 % de las 920 muertes.

Ante el mal escenario, Rodrigo Duterte, presidente de Filipinas, optó por medidas militares para que la gente respetase el confinamiento. Su juicio, sin embargo, ha despertado todo tipo de críticas por las consecuencias que podría traer.

“Un cierre continuo y prolongado no es sostenible porque ahonda la potencial crisis que se avecina”, señaló a EFE Ronald Mendoza, decano de la Universidad Ateneo de Manila, que elaboró un estudio que compara la respuesta de varios países de Asia frente al covid-19 en el que Filipinas no queda muy bien parado.

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