Diferencias entre un jefe tradicional y un líder.
Cedida.
Comparte

En el panorama laboral actual, la distinción entre ser un simple jefe de área y un líder capaz de inspirar y potenciar equipos es más evidente que nunca. Hoy, la necesidad de contar con líderes que posean habilidades blandas en las empresas cobra mayor sentido para las generaciones actuales.

El paradigma del “jefe autoritario” ha quedado en el pasado. En la actualidad, se busca más que un simple superior jerárquico; se requiere de un líder que sea un compañero, capaz de motivar a su equipo para dirigirlos hacia logros y objetivos compartidos.

En este sentido, aquellos responsables de la gestión de equipos debe ser un profesional que no solo se conozca a sí mismo, sino que además tenga pleno entendimiento de los demás de una forma interconectada para así actuar, movilizar y crear espacios de desarrollo.

En contraposición al enfoque tradicional del jefe, cuyo principal objetivo es garantizar que las tareas se completen sin preocuparse por el cómo, “hoy en día, debido a la evolución   constante de las tendencias laborales, surge la necesidad imperante de la presencia de un líder que movilice, inspire y se convierta en un referente para los demás“, señala Francisca Herrera, directora de recursos humanos de Pluxee Chile.

Bajo ese contexto, agrega que “esta figura no solo aporta beneficios tangibles a las organizaciones al fomentar la productividad y la innovación, sino que también crea entornos laborales propicios para el desarrollo integral de los colaboradores y la realización de su máximo potencial”.

Diferencias entre un jefe y un líder

A medida que las empresas buscan maximizar el rendimiento y la productividad de sus equipos, se hace evidente que el liderazgo va más allá de simplemente emitir órdenes y supervisar tareas.

En este sentido, es fundamental reconocer las diferencias clave entre un jefe tradicional y un líder.

  • Trato cercano: Mientras que el jefe mantiene un trato distante con su equipo, el líder conoce a cada uno de sus colaboradores y establece relaciones basadas en un profundo conocimiento personal.
  • Estilo de dirección: Mientras el jefe emite órdenes y asigna tareas, el líder se involucra activamente en el trabajo del equipo, sirviendo de ejemplo y trabajando codo a codo con sus colaboradores.
  • Enseñanza y capacitación: A diferencia del jefe, que simplemente sabe cómo se realizan las tareas, el líder no solo posee el conocimiento, sino que también se dedica a enseñar y capacitar a los demás.
  • Empoderamiento: Mientras el jefe defiende su posición de autoridad, el líder se dedica a potenciar a sus trabajadores, ayudándolos a alcanzar su máximo potencial y convirtiéndolos en personas que sobresalgan.
  • Relación de poder: Mientras el jefe se sitúa por encima de sus subordinados en base a su posición de poder, el líder establece lazos de confianza y colaboración, potenciando las capacidades individuales de cada miembro del equipo.

De esta manera, la presencia de un líder inspirador en los equipos de trabajo resulta crucial para promover un ambiente de bienestar laboral, propiciando así el desarrollo personal y profesional de los colaboradores.

Últimas Noticias